- Publicado: 5 de julio de 2021
- Categoría: Noticias INBIO
Los productores de la agricultura familiar campesina, fueron cambiando de rubros de renta de modo a mejorar la condición económica, permitiendo volver a tener a su familia reunida en la finca, trabajando la tierra, ya que desde la caída del algodón como cultivo de renta, que reunía a las familias, recién ahora con la producción de granos, soja y maíz, se vuelve a generar las condiciones para que los jóvenes se entusiasmen nuevamente en la producción de la tierra.
Con la producción de sésamo los productores trataron de reemplazar al algodón como cultivo de renta, pero no generó el mismo impacto económico que el algodón en sus mejores épocas.
Sin embargo, con la producción de granos, mediante el conocimiento y la aplicación de tecnologías en el manejo de los cultivos, los jóvenes se volvieron a entusiasmar con las fincas familiares y muchos de ellos hoy apuestan a carreras del sector agrícola de modo a mejorar la producción en forma sustentable, con la aplicación de tecnologías.
Según el último censo agropecuario del 2008 la cantidad de fincas e productores con menos de 20 hectáreas d algodón eran 49.162, alcanzando una superficie cultivada de 53.831 hectáreas, mientras que en soja la cantidad de fincas con menos de 20 ha era de 14.918, con una superficie cultivada de 64.907 hectáreas.
En la campaña 20-21 según datos de INBIO la cantidad de fincas de la agricultura familiar produciendo soja fue de 43.294, con superficie de menos de 20 hectáreas, con lo que se cubrió 865.875 hectáreas.
Año | Superficie total | Fincas de menos de 20 ha. | Porcentaje |
---|---|---|---|
2008 | 2.463.510 | 64.907 | 2,6 |
2020 | 3.701.331 | 865.875 | 23,3 |
Uno de los casos de jóvenes entusiasmados con la producción en la parcela familiar es el de Lizbeth Vallejos, una joven estudiante de agronomía de Vaquería tercera línea Tekojoja en el departamento de Caaguazú, quien describió que cuando pequeña veía como se transformó el campo de su abuelo de pobre a productivo, mediante la aplicación de buenas prácticas agrícolas y eso le alentó a seguir sus pasos. Adelantó que ella tiene unas cuatro hectáreas en la finca de su abuelo donde está produciendo maíz y posteriormente tendrá ahí soja.
“Antes no sembrábamos los abonos verdes, pero después de hacerlo, se nota la mejora en la producción. Ahora tengo mi parcela que yo manejo, en donde practico lo aprendido. Para empezar a producir soja hice un préstamo que ya pagué de la cosecha y ahora estoy con el maíz ya sin deudas”
Destacó Lizbeth.
Lizbeth, es nieta de Abelino Vallejos, cooperador del INBIO que empezó a trabajar con el Programa Agricultura Sustentable con Biotecnología desde hace 8 años y pasó de alquilar su tierra a producir él mismo en ella, con muy buenos resultados, lo que generó un entusiasmo en toda la familia, que también se involucra tanto en la producción de granos, como así también de hortalizas y leche para la venta y el autoconsumo.
Por su parte Alberto Parra de la colonia Caraguata de Alto Verá, en el departamento de Itapúa destacó que él y sus hermanos decidieron quedarse en la finca familiar a producir la tierra con cultivos de renta y de auto consumo de modo a seguir el ejemplo de su papá, quien quedó ciego en un accidente de trabajo cuando ellos todavía eran muy pequeños. Destacó que les produce mucha alegría que a pesar de su condición de ceguera su papá recorre la finca y toca las plantas para darles indicaciones de cómo manejar el cultivo.
“Me gusta mucho trabajar en la agricultura, desde los diez años ya empecé a trabajar con él en el campo. Cuando mi papá quedó ciego yo tenía cinco años y teníamos que enfrentar los gastos de la casa y fue él quien nos impulsó a trabajar en la finca que tenemos y no salir de casa a buscar otras opciones. Hoy yo estoy más en el invernadero con las hortalizas”.
Puntualizó.
Alberto es hijo de nuestro cooperador Isidro Parra, quien hace dos años viene trabajando en el Programa Agricultura Sustentable con Biotecnología y el año pasado ya pudo mostrar a sus vecinos el resultado del trabajo con buenas prácticas agrícolas.
En cambio, Alberto Ruíz Díaz contó que llegó a emigrar la Argentina en búsqueda de mejores oportunidades, sin embargo, tras los buenos resultados en la producción de la finca que su papá, nuestro cooperador del Programa Agricultura Sustentable con Biotecnología, Trifón Ruíz Díaz, decidió volver al lado de su familia y ayudar en la producción de la misma. Destacó que hoy él tiene su espacio en la finca familiar y desde ahí produce para el sostén de su familia.
“Cuando yo fui a la Argentina estaba mal la situación de la familia, en esa época no llegábamos a producir para poder sostenernos todos, en incluso mi papá pensaba en vender la finca e irse a vivir en la ciudad. Cuando volví encontré otra forma de trabajar la tierra y fue mi papá el que me enseñó las buenas prácticas agrícolas que él aprendió y fuimos trabajando juntos hasta llegar a producciones que nunca pensábamos tener en un suelo que estaba muy pobre”.
Detalló.
Aseguró que con el trabajo que hoy tiene en la parcela familiar sólo piensa en poder capacitarse más para seguir mejorando la producción de su familia para juntos salir adelante, sin necesidad de salir a trabajar en otras cosas que no sea el campo.
Sobre INBIO
El Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO) es una asociación civil sin fines de lucro, que tiene el propósito de promover un adecuado acceso al país de los productos derivados de la biotecnología agropecuaria y la incorporación ordenada de los mismos a la producción nacional, así como promoción y desarrollo de la investigación de biotecnología nacional. Siete gremios forman parte de la institución: CAP, APS, APROSEMP, FECOPROD, CAPECO, PARPOV y UNICOOP.
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