- Publicado: 12 de marzo de 2024
- Categoría: Noticias INBIO
Científicos de la Universidad de Guelph en Canadá lograron combinar la edición génica a través de CRISPR y la modificación genética para lograr un aumento en 50% de producción en cultivos de canola, además las líneas resultantes mostraron una mayor tolerancia a la sequía, según el informe revelado al respecto. El incremento del rendimiento incluyó una mayor cantidad de vainas, tallos y semillas, sin modificar el perfil del aceite durante este proceso.
En un principio, los investigadores realizaron el mismo procedimiento de combinar enfoques de edición del genoma y transgenia, en plantas experimentales parientes de la canola, logrando un aumento en el rendimiento de 250% y tras aplicarlo a la canola, indican que el número de silicuas (vainas de semillas) aumentó de 200 a 300, el número de tallos aumentó de 5 a 10 y se observó un aumento promedio del 50% en el peso de las semillas. Considerando todos los factores, se obtuvo un aumento general del rendimiento de hasta un 50%. Además, las líneas resultantes mostraron mayor tolerancia a la sequía.
Michael Emes e Ian Tetlow, bioquímicos y profesores del Departamento de Biología Molecular y Celular de Guelph, explicaron que inicialmente transfirieron una enzima del maíz (que ramifica el almidón) a la planta modelo Arabidopsis para ver si la planta podía formar almidón en sus hojas, reemplazando los códigos genéticos por enzimas que determinan el grado de ramificación y la longitud de la cadena de los almidones.
Detallaron que cuando esas plantas crecieron observaron resultados sorprendentes en comparación con las líneas parentales inalteradas. “Las plantas modificadas exhibieron un aumento notable tanto en la producción de flores como en el número de semillas. Mientras que una planta de Arabidopsis estándar suele producir alrededor de 11.000 semillas, aquellas que fueron modificadas genéticamente para contener la enzima del maíz superaron significativamente esta cifra, produciendo más de 50.000 semillas”, dijo Michael Emes.
Inicialmente, los científicos identificaron dos genes en Arabidopsis para eliminar, pero luego se dieron cuenta de que en el cultivo de canola necesitaban eliminar seis genes. Wang utilizó una combinación de CRISPR para eliminar esos genes y técnicas transgénicas tradicionales para insertar los genes del maíz. Vieron una mejora significativa en la línea transgénica en comparación con la línea control no modificada cuando se cultivó la canola.
Otra observación interesante tanto en Arabidopsis como en canola fue que los tallos de las plantas experimentales eran aproximadamente un 50% más gruesos que las plantas madre. La ventaja es un aumento significativo del rendimiento y una importante tolerancia a la sequía en las plantas resultantes. Además, realizaron algunos experimentos imitando la sequía, aumentando la temperatura a 29 °C desde el control de 22 °C, así como reteniendo agua. Las líneas de control sufrieron y las líneas editadas con CRISPR también sufrieron, pero no tanto. El cultivar que están utilizando los investigadores ya es resistente a la pata negra (blackleg), pero no tolera los herbicidas.
Fuente: ChileBio
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